Nombre vulgar: CHEQUÉN DE HOJA FINA
Nombre científico: Myrceugenia pinifolia (F. Phil.) Kausel.
Familia: Myrtaceae.
Distribución: Especie endémica de la Cordillera de la Costa, desde la región del Maule a la región del Biobío.
Hábitat: Especie de carácter higrófilo, creciendo a lo largo de cursos de agua y alrededor de lagos, sujeta a inundaciones estacionales dentro del bosque nativo remanente.
Origen: Endémica de Chile.
Estado de conservación: Rara para el estatus de conservación de la flora chilena (Benoit 1990).
Descripción botánica: Arbusto de alrededor de 2 m de alto; ramas densamente pubescentes cuando jóvenes, glabrescentes con la edad, los pelos usualmente esparcidos. Hojas estrechamente elípticas a lineares, escasamente pubescentes, pelos bifurcados; ápice y base agudo u obtuso; pecíolo canalizado, densamente pubescente, nervadura media ligeramente estampadas, moderadamente prominente a indistinguible por debajo; láminas coriáceas, verde grisáceas, más claras por el envés, usualmente fuertemente descoloridas y las superficies opacas. Pedúnculos densamente pubescentes, estambres 100-140, pétalos glabros, ovario bilocular, 6-12 óvulos por lóculo. Fruto de color naranjo que puede demorar un año en madurar.
Floración: De enero a febrero.
Fructificación: Entre diciembre y febrero.
Reproducción: Por semillas o estacas.
Usos: Debido a la belleza de sus flores es usado como ornamento, desde la antigua Grecia en ceremonias nupciales, hasta ritos funerarios; incluso hoy en día es apreciado en los jardines modernos. El aceite del arrayán puede ser utilizado como antiséptico o antibiótico. En ocasiones, sus propiedades son comparadas con las de la penicilina. Además, se puede emplear como estimulante digestivo e incluso como sedante.
Requerimientos ecológicos y manejo (aspectos sanitarios): Algunas de sus poblaciones están siendo afectadas por la invasión de especies exóticas como Acacia dealbata y Rubus fruticosus, y por prácticas forestales como la ampliación de rutas camineras.
Observación de interés general:Por su difícil identificación, puede provocar un impacto negativo en su conservación.